Los viajes al extranjero de los jefes del Ejecutivo catalán han sido tradicionalmente una generosa fuente de anécdotas e incidentes diplomáticos -desde aquellas primeras expediciones de Jordi Pujol en las que la presencia de la senyera en los actos oficiales hacía palidecer a los embajadores españoles-, la situación actual, marcada por el pulso soberanista, hizo prever un periplo cargado de emociones fuertes.
El incidente más sonado fue en 2005 cuando Pasqual Maragall y Josep Carod Rovira, entonces número dos de su Gobierno protagonizaron un sinfín de incidentes en el que Carod se negó a participar en un homenaje al asesinado primer ministro Isaac Rabin porque no estaba presente la senyera además de fotografiarse con una corona de espinas por las calles de Jerusalén, algo que muchos consideraron como un gesto poco respetuoso.
Balance de la visita
Fines políticos al margen, la visita de Artur Mas perseguía, por encima de todo, reforzar los lazos de cooperación entre Catalunya e Israel en el terreno de la innovación y el conocimiento. En los cuatro días que duró el viaje, se han firmado cinco convenios con las cuatro principales universidades de Israel y, también, con la agencia israelí para la investigación y el desarrollo, MATIMOP. Con estos acuerdos, el Govern pone en marcha un programa de colaboración científica entre ambos países con una inversión de un millón de euros por parte de cada país.
Por ello, Artur Mas hizo una valoración exitosa de su viaje a Israel. El president explicó que Catalunya vino a aprender, pero también a darse a conocer un poco más y tratarse «de tú a tú» con el país hebreo. Los dos países, según Mas, tienen dimensiones similares y algunas aspiraciones compartidas. Ambos son «viables como país».
Los medios españoles, en cambio, realizaron una valoración negativa de la visita de Artur Mas puesto que, según ellos, el president de la Generalitat no consiguió internacionalizar el proceso soberanista. Esta era, precisamente, la principal tarea que tuvo el embajador español, Fernando Cardedera, quien estuvo controlando en todo momento los movimientos de Mas tomando notas. Incluso, el embajador impuso la presencia de la bandera española en la corona de la ofrenda floral en el Museo del Holocausto y el president Mas no puso ninguna objeción.
Cardedera fue el encargado de filtrar las noticias a la prensa española que, de nuevo, volvió a brillar por su ausencia como ya pasó durante los viajes de la Generalitat a Rusia o Brasil. Durante estas visitas los medios progubernamentales, precisamente, divulgaron informaciones que se demostraron falsas o distorsionadas por el ministerio.
Aspectos negativos del viaje
Realmente negativo fue el plantón del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al jefe del Ejecutivo catalán. Sin embargo, tal cita no aparecía consignada en el programa oficial de la visita, que sí incluyó un encuentro con el presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, y otro con el ministro de Finanzas, Yair Lapid.
Por otro lado, no se programó ninguna actividad con representantes de la Autoridad Nacional Palestina. En este sentido, el embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh, sí que manifestó el pasado miércoles su descontento con la visita de Artur Mas a Israel y aseguró que los palestinos están «muy molestos» por las declaraciones del presidente de la Generalitat de Catalunya en las que ha definido al Estado israelí como «un ejemplo a seguir«.
Amer señaló que, al igual que Palestina «no interviene en asuntos internos de ningún país», el presidente catalán debería haber hecho lo mismo. «Mas dijo que Israel es un ejemplo a seguir, donde se puede aprender.¿Cómo Israel puede ser un ejemplo si viola el Derecho Internacional y los derechos del pueblo palestino», manifestó el embajador durante un encuentro con la prensa en la Embajada.
El embajador también denunció que la visita de Artur Mas a Israel, que tuvo lugar esta semana, haya sido coordinada por la parte israelí y que el presidente catalán «no ha tenido en consideración» al pueblo palestino durante su visita a los territorios ocupados, en los que se ha reunido con dirigentes de Israel, en referencia a su paso por Jerusalén Este. «Si Artur Mas hubiera consultado con el consulado español en Israel, no habría hecho así la visita», aseguró.
La factura de la expedición catalana
Por otro lado, tal y como publica ABC, representantes de 30 empresas catalanas y de 19 centros de investigación, así como personalidades de la talla del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell o el secretario de Asuntos Exteriores y de la UE, Roger Albinyana, acompañaron a Artur Mas en su periplo por Israel costeado por la Generalitat. Pero no fueron los únicos…
Con el presidente catalán, también llegaron a Israel el secretario de Presidencia, Jordi Vilajoana, el secretario de Universidades, Antoni Castellà. Los jefes de gabinete de los consejeros, del alcalde de Barcelona, el servicio de escolta, el jefe de prensa de Mas y el fotógrafo oficial cierran una lista que se completa con la asistencia de las mujeres de Mas y Vilajoana, aunque desde la Generalitat se especifica que estos dos viajes fueron pagados por las propias mujeres.
También según el ABC, en su estancia en Israel, Artur Mas tampoco escatimó en los gastos referentes al alojamiento. Así, el presidente de la Generalitat escogió un hotel de lujo en el centro de Jerusalén, el Mamilla Hotel, un establecimiento hotelero cuya habitación más barata tiene un coste de 409 euros.
Más detalles de la excursión a Israel
El viaje, según el rotativo ABC, ofreció detalles llamativos que se salen de la esfera del despilfarro. En concreto, dos. El primero fue que el encuentro que Mas mantuvo con el presidente de Israel, Shimon Peres, se realizó sin la bandera española, a diferencia de lo ocurrido en otras visitas de presidentes autonómicos. El segundo fue la negativa de la comitiva de Mas a saludar a unos investigadores españoles del Instituto Weizmann, con el que la Generalitat logró un acuerdo de cooperación, aludiendo que no querían saludar a españoles.
Una fuente perteneciente a los acompañantes de Mas en el viaje, citada por ABC sorprendentemente, dijo lo siguiente al respecto: «Si Artur Mas llega a saber que estaban ahí, se hubiese acercado a saludarles. Además queremos mucho a nuestros vecinos españoles, no tenemos ningún problema con ellos. Otra cosa es el Estado español».
Más de 300.000 turistas israelíes visitan anualmente Barcelona, lo que convierte a la capital catalana en la séptima ciudad del mundo más visitada por los ciudadanos de este país. Conectada por vuelos diarios regulares y chárter, Barcelona es uno de los destinos favoritos de los israelíes por su proximidad geográfica al otro lado del Mediterráneo, por la parecida idiosincrasia entre judíos y catalanes, y por el FC Barcelona, el equipo de fútbol extranjero que cuenta con mayor simpatía en este país.
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